Pedro María Morantes

Amanece el año de 1862 y cuando apenas era el 23 de febrero, la amantísima Rafaela Jara daba a luz al mundo de las letras un pequeño que le daría el nombre de Pedro María Morantes Jara, hijo también de Don Miguel Morantes modesto comerciante de ganado, vivían en la aldea la sabana hoy la concordia en San Cristóbal.Solo cinco años tenía Pedro María, cuando quedo huérfano, su hermano mayor Dionisio; muere de tuberculosis y el segundo Miguel; es asesinado en Pericos por lo que pasa al cuidado de su tía Doña Cecilia Morantes de Pérez quien es al final de cuentas quien forjara el carácter y el futuro del insigne hombre.El 1876 entra al Colegio Nacional donde comienza a cultivar amistades quienes lo seguirán en sus aventuras culturales y políticas del futuro, con ellos fundara periódicos como “El Cóndor de los Andes”, “El Duende”, “Aurora”, “Chispa”, “El Ensayo”, entre otros, termina su tercer año de Bachillerato en 1883 y marcha a Mérida donde terminara los estudios de Secundaria y comenzará la Universidad en la mayor miseria ya que su tía quien lo ayudaba quedo en la ruina, por lo que ahora tendrá también que trabajar.Tras otra desgracia pierde un ojo de una pedrada el 2 de Noviembre 1885, en las puertas del cementerio, unos meses después se graduó de Bachiller, con las altas calificaciones, lo que le merece el honor de pronunciar el discurso de grado. Estudiara Derecho, primero en la ULA tres años y luego en la UCV, donde se graduó de abogado el 10 de Abril de 1890 y vuelve a tomar la palabra ahora en el paraninfo de la Universidad y nos narra las dificultades de su vida, el camino al triunfo es siempre angosto y difícil pero para el siempre lo fue más.De nuevo en San Cristóbal, donde encuentra a su Tía enferma, montara su bufete y será nombrado relator de la Corte Suprema, pero no de jara su que hacer literario con “El Contador” y “La Idea Restauradora” nos dará su punto de vista político, es hay donde rompe su amistad con Cipriano Castro; por no compartir sus ideales, lo que nunca olvidara el futuro presidente, posteriormente es nombrado director del Colegio Federal de Varones hoy Liceo Simón Bolívar. Mientras enérvese la Revolución Restauradora en Octubre de 1899.El caos se apodera de nuevo del país; el autoritarismo, el irrespeto de los derechos humanos y la fuerza bruta hacen que nuestro quijote criollo desenvaine su pluma como única arma ante la injusticia y en defensa de la libertad, nadie pensaría que sus paisanos son el blanco de sus panfletos surge así “Verdades Sueltas” que luego seria “Personalismo y Verdad” y sus celebres “Panfleto Amarillo”, “Panfleto Azul” y “Panfleto Rojo”, también redacto un manifiesto en contra del bloqueo de los países Europeos.Regresa a Caracas dejando de nuevo y ahora en su casa a su querida Tía a quien no abandona económicamente hasta su muerte el 24 de abril 1911. Allá es nombrado Juez de primera instancia en lo Civil lo que lo pondrá de nuevo en contacto con Cipriano Castro, es en esta ocasión cuando surge su magna obra política “El Cojo Ilustrado”, lo que lo hace viajar a Paris en 1908 por coincidencia en el mismo barco en que Castro viajo a Alemania a someterse a una intervención quirúrgica, alternara luego entre Italia, Suiza, Bélgica, Inglaterra y España.En Málaga en 1810 publica su novela El Cabito y en Valencia es nombrado Cónsul de Venezuela, nombramiento que pierde cuando sale a la luz su novela, lo que le duele a los déspotas y aduladores, pero cubrirá de honor a los que dieron su vida en la rotunda contra los opresores de su patria, desde entonces lo conoceremos como Pío Gil; seudónimo en el cual se refugia.Bajo esa firma se publican los atrevidos panfletos como “Cuatro años de mi Carrera”, “Panfleto Amarillo”, “Panfleto Azul” y “Panfleto Rojo”, “Puñado de Guijarros” y sus inéditos “La Rehabilitación”, “Versos Viejos”, “Capitán Tricófero”, “Notas de Viaje”, “Sociología Morbosa”, “Filosofía y Retórica”, “Ágapes Patrióticos” y “Diario Intimo”.Con la Primera Guerra Mundial regresa a Paris, donde muere de soledad y pleuresía (infección respiratoria) el 4 de Febrero 1918, donde reposará hasta que en 1975 cuando sus restos son traídos a su tierra para reposar junto a Francisco Peñalosa; opositor a las políticas de Gómez y Leonardo Ruiz Pineda aguerrido demócrata, en un mausoleo levantado en la hemeroteca bajo la plaza la Libertad, tras la mudanza de la hemeroteca los restos de sus dos acompañantes fueron reclamados por sus familiares y los de nuestro héroe quedaron olvidados en un rincón de lo que es hoy un teatro, pareciera que la desgracia que le acompaño en su vida le sigue los pasos también en su muerte.Ya la neblina de la ciudad cordial no conmoverá más al poeta, entre la guerra, la impotencia, la soledad y la pena se seco su tinta, hoy menos que nunca los hombres libres de la patria buena deben olvidar su legado, su grito de democracia, libertad y paz, seguirá resonando en nuestros oídos y nuestros brazos limorantinos deben seguirse trabajando en defensa de la verdad, de la alegría, de la libertad y por la esperanza de todos los hombres.